El Perú está a horas de vivir el acontecimiento rockero más importante de su vida. La llegada de la mítica banda inglesa corona un largo desfile de artistas del género que pisaron el país en los últimos años. Tomando en cuenta que no tenemos una tradición rockera, es un gran logro que los empresarios hayan logrado convencer que las majestades satánicas incluyan a Lima en el Olé Tour.

El destino quiso que los vea en Argentina, país donde vivo hace diez años y donde hay una larga tradición Stone. Para mí los dos grandes pilares del rock son los Rolling Stones y los Beatles. A los primeros los vi el 13 de febrero, en la última presentación que tuvieron en La Plata. Recuerdo que leí sobre ellos en la desaparecida revista “Éxitos”, una publicación mensual rockera que exitío en el Perú allá por la década de los ochenta; la verdad que cuando sacaban esas ediciones históricas me aburrían un poco pero igual las compraba. Era la época del boom del rock español y era seguidor de Hombres G, Soda Stereo, Charly García y todo lo que era en nuestro idioma, el rock en inglés comenzaba a escuchar a los Guns n Roses, Poison y Bon Jovil, los clásicos los dejaba del lado. Como todo buen peruano, “Angie” la escuché muchas veces y en 1989, en radio 1160, comenzó a sonar “Mixed Emotions”, la nueva de los Rolling. Llegó la secundaria y varios de mis compañeros del nuevo colegio escuchaban rock clásico, desde los clásicos, pasando por los 70, rock progresivo y todas las variantes que se conocían. No me consideraba un experto del tema, pero tenía un gran conocimiento.

Curiosamente, a días de mi llegada al país del río de La Plata, allá por 2006, los Rolling se habían presentado en River Plate. La cancha del Millonario había albergado a las piedras rodantes y en los primeros días de marzo en ese mismo recinto se había presentado U2 en el marco del Vertido Tour. Me quería matar, dos megabandas que por aquel entonces no pisaban Perú ni de casualidad habían estado en la ciudad a la que había llegado a vivir. Con U2 me saqué el clavo en 2011 y con los Rolling hace unos días.

No me considero fan de la banda, pero cuando te gusta el rock, considero que tienes que verlos hasta por una cuestión de cultura general. Apenas se hizo público la llegada de la banda, comenzó el tema de la venta de las entradas. La expectativa era tal que Ticketek, empresa que las vendía, decidió que para las tres presentaciones se iba a realizar una fila virtual, pocos entendíamos qué diablos era eso. El nuevo sistema consistía que tenías que conectarte y estar en espera hasta que te habilitaban para comprar. La preventa fue con un Banco de los que pocos tienen tarjeta de crédito, uno de esos “afortunados” es mi suegro que ya en varias oportunidades me la prestó para un par de conciertos. Cerca de las tres de la mañana me tocó mi turno y compré dos entradas, para un compañero de trabajo y para mí.

La banda llegó a la “Patria Stone”, denominada así por el delirio que hay por la banda en este país. El cariño es mutuo. La banda decidió nombrar Olé Tour por el cántico de cancha que suelen hacer en este país. Mick Jagger se había quedado impresionado con el “Olé olé ole Mick” de 2006. Al final terminé yendo al recital con otro amigo del trabajo, Lucas es un fanático de la banda, tiene 26 años y hace un par de años fue a verlos al mismísimo Londres. En su propio país es considerada una banda de gente mayor y las presentaciones las realizan en teatros en los que hay cero emoción. Él ya los había visto en las dos primeras presentaciones e iba por una tercera. La semana siguiente viajaba a verlos a Montevideo.

La polémica por una de las bandas teloneras se había instalado días atrás. La Beriso, un grupo que no es tan cercano a la onda Rolinga, era el primero en calentar los ánimos de los asistentes. A las 17 horas salieron a escena y la gente le ponía cero emoción, tuvo que salir Juanse, el cantante de la desaparecida banda los Ratones Paranoicos, para darle un poco de calor a la ya cálida tarde de verano platense. El siguiente en presentarse fue Ciro, el cantante de la también desaparecida emblemática banda argentina Los Piojos, las canciones de su nueva banda fueron las que tuvieron menos aceptación frente a las canciones del grupo que se disolvió en 2009.

A las 9 de la noche se apagaron las luces del Estadio Único de La Plata y de pronto en las dos pantallas gigantes comenzó el video de la gira. Era como estar en un video de rock, había mucha gente llorando de emoción y la masa humana empujaba hacia en escenario. Terminó el despliegue de luces y fuegos artificiales y ahí estaba Mick Jagger comandando a los Stones. “Start me up”, todos en la vida hemos escuchado esa canción, hizo el delirio de todos, la gente coreaba, es una de las pocas veces que vi el Único de La Plata cantando a una sola voz. Soy fan de Pearl Jam y en noviembre estuve en ese lugar y no era ni la mitad de lo que estaba viendo. En ese momento, donde ves a un tipo de más de 70 años moverse como un quinceañero te das cuenta que el rock es una cosa bendita y que tenemos suerte de haber visto y esperado, como mi caso, tantos años para ver a tipos como ellos, únicos, que, a pesar de sus excesos y peleas, siguen funcionando y facturando. Aunque como mi amigo Lucas me dijo: “Ellos acá tocan por el hecho de sentirse queridos, allá en su tierra son todos más frío”. “Out of control” es una de mis favoritas y fue una de las que más canté. La noche siguió con el set list que muchos ya deben conocer. “Paint of Black”, la canción de NAM, fue también una de las más coreadas, a pesar que a estas tierras esa serie no llegó. Las pantallas se tiñeron de rojo durante “Sympathy For The Devil”y las formas iban y venían. Mick agradeció a Ciro, se olvidó de La Beriso, e hizo una especial mención por la presencia de Charly García en el palco de honor, un Charly que casi ya no se puede caminar.

Llego el turno de “You Can't Always Get What You Want”, acompañado del Estudio Coral de Buenos Aires, increíble, la banda es como el Barcelona de la música, funcionan a la perfección, se miran, se conocen desde décadas y ya saben qué hacer. El concierto iba llegando a su fin, la banda cerró con “Satisfaction”, el delirio de la noche, nadie quería que se vayan, pero otros fuegos artificiales anunciaron el final. “Vamos a volver muy pronto porque me compré un monoambiente en Chacarita”, fue la frase que dejó Mick al prometernos su pronto regreso a estas tierras donde la “onda Stone” no conoce clases sociales. Acá no hay tanta sectorización de las entradas, a diferencia de Perú. La parte de adelante es para los fans que duermen días enteros para ser los primeros, no para los que pagan más.

Se prendieron las luces del Estadio Único de La Plata y la semana de histeria había llegado a su fin. A la banda le esperaba el domingo una reunión con el presidente Macri y luego se iban a Montevideo. Ojalá que no pasen 10 años para que vuelvan. Ahora es el turno de Lima, a rockearla con muchas ganas, se lo merecen luego de una espera de décadas.

Créditos de las fotos: @laualonso77 (Twitter)